Museo Botica del Ángel
Eduardo Bergara Leumann


Extraído del Proyecto de ley que declara Monumento Histórico Nacional al edificio de la Botica del Ángel.

“El cruce temporal entre un artista y el imaginario colectivo suscita un fenómeno superador, la obra de arte, entendida como síntesis simbólica de una época. Ésa obra, determinada y determinante, sobrevive a su creador y se transforma en la identidad del creador. Deviene, por valor propio, en testimonio histórico de su tiempo.
El caso puntual de la Botica del Ángel es la presencia y legado de Eduardo Gustavo Bergara Leumann (Buenos Aires, 5 de Septiembre de 1932-Buenos Aires, 5 de Septiembre de 2008), fundador de un estilo en la historia de la cultura popular en la década del 60 y proyectada a éste siglo con variantes temporales, sin renunciar a su esencialidad originaria: la cultura de imaginación argentina, desde una búsqueda ciudadana y rioplatense. Es decir, un mestizaje de caracteres universales a la luz de una identidad particular.
Nacida en un campo de prueba de la vanguardia artística en el país representado, en ése momento, por el Instituto Torcuato Di Tella y su experimentación estética, con las marcas ineludibles del Mayo Francés y el Flower Power americano y la influencia de la cultura pop en la mass media, la creación del formato artístico de Bergara Leumann significó una precisión urbana y temática que la diferenció de otras propuestas alternativas.
El dictamen del tiempo, siglo de por medio, los distinguió como íconos diversos y distintos de Buenos Aires, ciudad de contrastes y de opuestos en armonía. Su primer edificio, situado en Lima 670, correspondió a una sastrería teatral, convertida en teatro, café concert y music hall, simultáneos.
Por su escenario transitaron Manuel Mujica Láinez, Luisa Vehil, Niní Marshall, Eva Dongé, Mecha Ortíz, Valentina, Tania, Valeria Lynch, Marikena Monti y Susana Rinaldi, Nacha Guevara, Horacio Molina, Andrés Percivale, El Cuarteto Zupay, Marilina Ross, Ernesto Sábato, Emilio Stevanovich, Geno Díaz, Gila y el elenco del propio Instituto Di Tella. Allí debutaron Haydeé Padilla, con su personaje La Chona y Leonardo Favio, con sus primeros temas de cantautor.
Luego transcurren 20 años de clausura, a causa del ensanche de la Avenida 9 de Julio. Retorna sobre la calle Luis Saénz Peña 541, en el mismo barrio de Montserrat, origen de su nacimiento, como Templo del Ángel, en principio, y más tarde, como La Botica del Ángel. En rigor de verdad, recicla el antiguo edificio que perteneció a una antigua iglesia metodista, con 33 ambientes que concentran escenarios teatrales, patios de tango, galerías de arte, café concert y unas “terrazas celestiales”, denominadas por el propio Bergara Leumann.  
Lo convierte en un templo laico -una iglesia de arte habitada por ángeles porteños, ideados por su autor- que adquiere, paulatino, su carácter personal: un museo vivo del imaginario porteño que aloja a trabajos inéditos de pintores, escultores, escritores y actores, quienes donan sus originales dedicados para un patrimonio artístico creciente y sucesivo, bajo custodia de su dueño.

El solar guarda obras, hechas en exclusividad, de Antonio Berni, Guillermo Roux, Guilermo Kutikca, Josefina Robirosa, Marta Minujin y Federico Manuel Peralta Ramos, distribuidos en sus tres salas que llevan los nombres de Las Legrand, Di Tella y Circo Criollo; una galería fotográfica de genuino valor documental; manuscritos de Alfonsina Storni y otros literatos; prendas de artistas famosos y un traje de la Infanta Isabel, de España, recuerdo de su visita a los actos por el Centenario republicano. Los baños, a manera de curiosidad excepcional, tienen azulejos con diseños de Raúl Soldi y un circuito de ángeles que ofician de guías para los visitantes.

La definición apropiada de su formato artístico la expresó el mismo Bergara Leumann: “Somos italianos que hablamos español, con cultura francesa, economía inglesa, intuición judía y generosidad árabe. Con eso construimos lo que somos. ¿No es mejor hacernos cargo”?.

La Botica del Ángel constituyó una síntesis de un mestizaje cultural que distinguió a las décadas del 60 y 70; proyectada, en los 80, a un exitoso formato televisivo, que núcleo a Jorge Luis Borges, Ernesto Sábato, Libertad Lamarque, Sebastián Piana, Enrique Cadícamo, Raúl Lavié, Roberto Goyeneche, Jorge Sobral, Virginia Luque, Beba Bidart y Rosana Falasca, entre otros, para proyectarse en un enclave de referencia internacional.”